miércoles, 4 de mayo de 2011

La Falsificación en el Arte


Las falsificaciones de cuadros son tan viejas como la pintura. Desde los comienzos, los grandes maestros contaban con la preferencia de coleccionistas, por lo que eran falsificados masivamente. El falsificador moderno más importante fue Hans Van Meegeren, quien logró engañar a la crítica contemporánea.

Las obras de arte falsificadas existen desde el mismo momento en que surge el arte. Ya en la antigua Roma, podían adquirirse cuencos de plata egipcios, fabricados por falsificadores fenicios. Lo mismo ocurrió con obras de arte de algunos maestros del Renacimiento italiano, pero mientras éstos vivían. Incluso los propios maestros encargaban a sus alumnos, la confección de cuadros que luego firmaban.

Si bien, la prensa da mucho destaque a la noticias de cuadros falsificados, es muy raro encontrar falsificaciones convincentes. Por lo general, las copias son detectadas por los expertos, pero los compradores caen en las redes de los falsificadores, por no consultarlos.

Una falsificación es una obra de arte ejecutada con la intención de engañar, hacerla pasar por obra de otro autor. Una copia no necesariamente es una falsificación, lo que importa es la intencionalidad.

La "Cena de Emmaus" de Hans Van Meegeren, imitando el estilo de Vermeer, es la más lograda falsificación del principal falsificador de nuestro tiempo.




Han van Meegeren



Henricus Antonius van Meegeren, más conocido como Han van Meegeren fue un pintor y retratista holandés, y es considerado como uno de los más ingeniosos falsificadores de arte del siglo XX.

Cuando era niño desarrolló un gran entusiasmo por los maravillosos colores usados por los pintores de la Edad de Oro Holandesa y más tarde se propuso llegar a ser un artista. Cuando los críticos de arte despreciaron su trabajo, Van Meegeren sintió que su carrera había sido destruida. Por lo tanto, decidió demostrar su talento a los críticos falsificando pinturas de algunos de los más famosos artistas del mundo, entre ellos Frans Hals, Pieter de Hooch, Gerard ter Borch y Johannes Vermeer. Replicó tan bien los estilos y colores de los artistas copiados que los mejores expertos y críticos de arte de la época consideraron sus pinturas como genuinas y a algunas de exquisita factura. Su falsificación más exitosa fue Los discípulos de Emaús, creada en 1937 mientras vivía en el sur de Francia. Esta pintura fue aclamada por algunos de los más importantes expertos de arte como la mejor obra de Vermeer que habían visto.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los holandeses adinerados, esperando prevenir una venta total del arte holandés a Adolf Hitler y al Partido Nazi, compraron vorazmente las falsificaciones de Van Meeregen. Sin embargo, un "Vermeer" falsificado terminó en posesión del Mariscal del Reich Hermann Göring. Después de la guerra la falsificación en manos de Göring fue descubierta y Han van Meeregen fue arrestado el 29 de mayo de 1945 como colaborador de los nazis, porque pensaron que les había vendido propiedad cultural holandesa. Estos crímenes amenazaban con un largo tiempo en prisión así que el asustado Van Meeregen confesó su falsificación. El 12 de noviembre de 1947 fue condenado por falsificación y fraude y fue sentenciado a un año de prisión, los cuales nunca cumplió, porque antes de ser encarcelado sufrió un ataque cardíaco y murió el 30 de diciembre de 1947. Se estima que Van Meeregen engañó a vendedores por varios millones de dólares.


Inventando la "falsificación perfecta"


En 1932 Van Meegeren y su segunda esposa se mudan a la villa de Roquebrune-Cap-Martin. Ahí se propone definir los procedimientos técnicos y químicos necesarios para crear sus falsificaciones perfectas. Compra lienzos auténticos del siglo XVII y mezcla sus pinturas con materiales crudos (como lapislázuli, albayalde, añil y cinabrio) usando antiguas fórmulas para asegurar su autenticidad. Además usó pinceles de pelo de tejón, similares a los que se sabía que usaba Vermeer y ciertos productos químicos para que sus pinturas parecieran tener 300 años. Después de terminar una pintura, las horneaba entre 100 y 120 °C para endurecerlas y luego las enrollaba en un cilindro para aumentar las grietas. Finalmente lavaba las pinturas en tinta china para rellenar las grietas.18

La cena de Emaús, Obra de Caravaggio, en la que se basó Van Meegeren para realizar una de sus falsificaciones más famosas.

Le tomó seis años elaborar sus técnicas. Dos de las pinturas usadas en las pruebas eran "Vermeers". Van Meegeren no las vendió, y ambas están actualmente en el Rijksmuseum.

Después de un viaje a los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, Van Meegeren pintó Los discípulos de Emaús, usando los colores azul marino y amarillo que usaban Vermeer y los pintores de la Época de Oro. Al saber que los expertos habían asumido que Vermeer había estudiado en Italia, Van Meegeren usó La cena de Emaús de Caravaggio, localizado en la Pinacoteca de Brera, como modelo para su próximo trabajo. Siempre había buscado seguir los pasos de los maestros, y sintió que con esta obra lo había logrado. Dio esta falsificación a su amigo el abogado C. A. Boon, diciéndole que era un Vermeer original, y le pidió que se lo mostrara al famoso experto , Dr. Abraham Bredius, quien vivía cerca de Mónaco. Bredius la examinó en septiembre de 1937,19 y a pesar de unas dudas iniciales la aceptó como un Vermeer genuino.

La pintura fue adquirida por la Rembrandt Society por 520.000 florines (alrededor de US$4.000.000 actuales) con la ayuda del magnate naviero Willem van der Vorm, y donado al Museo Boymans Van Beuningen de Róterdam. En 1938, la obra fue destacada en una exhibición especial en Museo de Róterdam junto a otras 450 obras maestras holandesas datadas entre el 1400 y el 1800.

En el verano de 1938, Han van Meegeren se mudó a Niza. Usando lo recaudado por la venta de Los discípulos de Emaús, compró una propiedad de 12 habitaciones en Les Arènes de Cimiez. En sus muros colgó varias obras de los maestros, esta vez genuinas. Aquí fueron realizadas dos de sus mejores falsificaciones, con la firma de Pieter de Hooch. Además pintó una Última Cena en el estilo de Vermeer.

En septiembre de 1939, con las amenazas de la Segunda Guerra Mundial, Van Megeeren volvió a Holanda. Se hospedó en un hotel de Ámsterdam por varios meses y en 1940 se mudó a la villa de Laren. Durante 1941 compendió sus diseños, los cuales se publicarían en 1942 como Han van Meegeren: Teekeningen I, un enorme y lujoso libro. Durante este tiempo también hizo varias falsificaciones, todas ella firmadas por Vermeer. El 18 de septiembre de 1943 se separó de su segunda esposa, Jo Oerlemans. Pero el divorcio fue realizado solo como una formalidad para transferir una gran parte de su capital a la cuenta de ella como salvaguarda contra las incertidumbres de la guerra.

En diciembre de 1943 se mudaron a Ámsterdam, dónde ocuparon una residencia en uno de los más exclusivos lugares de la ciudad. Sus falsificaciones le habían dado entre 5,5 y 7,5 millones de florines (aproximadamente US$25 a 30 millones actuales). Usaba su dinero para adquirir una gran cantidad de bienes raíces, joyas y obras de arte, además de mantener su lujoso estilo de vida. En una entrevista de 1946, afirmó tener 52 casas y 15 casas de campo en Laren, entre ellas hermosas mansiones a lo largo de los famosos canales de Ámsterdam.


Falsificaciones de Han Van Meegeren



La joven de la perla, de Johannes Vermeer, uno de los artistas más imitados por Han van Meegeren




La Lechera, tambien de Johannes Vermeer


Jugadoras de Cartas


Héctor Gerardo Villa Ardila

Comunicaciones de Radio Frecuencias (CRF)

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