miércoles, 4 de mayo de 2011

Fernando Botero




Pintor, dibujante y escultor colombiano, en el que la monumentalidad, el humor, la ironía y la ingenuidad se combinan con un admirable dominio del oficio y gran talento. Nacido en Medellín en 1932, inicia su actividad artística en 1948 como ilustrador del periódico El Colombiano, al tiempo que participa en su primera exposición conjunta —Exposición de Pintores Antioqueños— Medellín 1948. Tres años más tarde se traslada a Bogotá y celebra su primera exposición individual (Mujer llorando, 1949). En 1952 viaja a España y sigue estudios en la Academia de San Fernando de Madrid, al tiempo que asiste al Museo del Prado donde estudia y copia la obra de Diego Velázquez y Francisco de Goya. Entre 1953 y 1955 viaja a Francia, Italia y estudia en Florencia pintura al fresco, tras su regreso en 1955, permanece un año en Bogotá (donde su obra no tuvo buena acogida), otro año en México (conoce a Rufino Tamayo y José Luis Cuevas) y en 1957 visita Estados Unidos. Allí celebra su primera exposición individual en la Pan-American Union de Washington. A los 26 años es nombrado profesor de pintura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Bogotá, en 1960 se instala en Nueva York y en 1973 fija su residencia definitivamente en París. En principio sus obras revelan cierta admiración por el muralismo mexicano y la pintura del renacimiento italiano (Partida, 1954), pero más tarde estas influencias van desapareciendo en favor de un personalísimo estilo, en el que las figuras engordan y se deforman hasta cubrir en buena parte el lienzo (Prelado, 1959), los cuadros de esos años denotan la influencia del surrealismo. La historia del arte (Autorretrato con Luis XIV visto por Rigaud, 1973), la vida burguesa (Escena familiar, 1969), la cultura colombiana (Baile en Colombia, 1980) y los personajes históricos (Luis XIV y María Antonieta en visita a Medellín, Colombia, 1990) constituyen a lo largo de su carrera las principales fuentes de inspiración, de una dilatada y variada producción en la que abundan paisajes, retratos y escenas costumbristas. Sus primeras pinturas muestran una pincelada suelta y concreta, pero poco a poco ésta se empasta, al tiempo que las perspectivas y las figuras se hacen arbitrarias en función de la importancia que tengan en la representación. Óleo, acuarela, pastel, sanguina o lápiz son manejados con gran destreza a lo largo de su obra. Botero emplea la gordura como base de una cariñosa burla para comentar ciertos aspectos de la vida (La alcoba nupcial, 1958). A partir de 1960, lleva a cabo entre su variada temática una serie de obras en las que parece rendir tributo a los grandes maestros de la pintura universal como Mona Lisa a los doce años (1959), Rubens con su esposa (1965) o Autorretrato según Velázquez (1986). Su afición por los toros le lleva en la década de 1980 a dedicarse casi en exclusiva a este tema (La pica, 1984, El quite, 1988). La misma voluptuosidad e ingenuidad que caracteriza su pintura, se encuentra en la escultura cuya producción se inicia en París en 1973, se trata en su mayor parte de figuras y animales de tamaños grandiosos y desproporcionados de gran singularidad (Venus, 1977, Perro, 1981, Soldado romano, 1986, Mujer a caballo, 1991), realizados en bronce, mármol y resina fundida. En 1992 Montecarlo y los Campos Elíseos de París acogieron una Exposición de Escultura Monumental, y el Gran Palais (París) otra sobre toros, La Corrida. El tratamiento exagerado en sus proporciones de la figura humana es hoy una de las características inconfundibles de su obra, que ha sufrido pocas variaciones desde sus comienzos. En la actualidad vive entre París, Nueva York y Bogotá


Donaciones de Botero


  • En 1976, primera donación de Botero al Museo de Antioquia, siete óleos, un pastel y dos acuarelas.

  • A principios de los años 1980, donó al Museo de Antioquia 6 óleos.

  • En 1984 donó al Museo de Antioquia 16 esculturas y 18 pinturas a la Biblioteca Nacional de Colombia en Bogotá.

  • En 1992 donó a la ciudad de Santiago de Chile la escultura de un caballo, la que fue ubicada frente al Museo de Arte Contemporáneo en el Parque Forestal.

  • En 1998 Botero donó 123 obras de su autoría y 87 de artistas internacionales al Museo Botero en Bogotá.

  • En 2000 el Museo de Antioquia recibió por parte del maestro una donación de 114 pinturas (óleos, acuarelas y dibujos) del maestro, 23 esculturas que hoy componen la Plaza Botero y 21 obras de artistas internacionales de su colección personal.

  • En 2004, hizo dos nuevas donaciones: una al Museo de Antioquia, el cual contiene la colección más grande de la obra pictórica y escultórica de Botero; y otra al Museo Nacional de Colombia, consistente en una gran parte de la serie sobre la violencia en Colombia.

  • Después de las donaciones, los precios por la obras de Botero se han incrementado y tanto su cotización como indicadores de "no–venta" son positivos. El índice de "no-venta" es el que muestra la facilidad con que se vende un cuadro que sale a la venta en una subasta, en el caso de Botero, después de las donaciones, este indicador ha disminuido notablemente, es decir que la "liquidez" de su obra en términos monetarios es alta.


Pinturas de Botero


  • Mona Lisa a los 12 años.
  • La serie de los Músicos.
  • La serie de critica humanista Abu Ghraib.
  • La Carta.
  • Carro Bomba.
  • El Pueblo.
  • Celestina.
  • Concierto campestre.
  • Mujer fumando.
  • Autorretrato.
  • Naturaleza muerta con helado.
  • Homenaje a de La Tour.
  • Guerrilla de Eliseo Velásquez.
  • Caminando cerca al río.
  • Masacre en Colombia.
  • La Alacena.
  • Masacre de mejor esquina.
  • Jugadores de cartas.
  • Matanza.
  • Paramilitares.
  • La familia.
  • Feliz cumpleaños.
  • La Playa.
  • Los Amantes.
  • Los Viudos
  • Dia de la Independencia.
Algunas Pinturas de Botero (Imagenes)














Héctor Gerardo Villa Ardila

Comunicaciones de Radio Frecuencias (CRF)

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